Los hombres son como los libros

Mis experiencias con los hombres han sido como el amor que le tengo a los libros:

Hay unos que son los que merecen estar en tu cama,

• Ves muchos pero no sabes cuál escoger.


• Hay unos que son portada nada más ( tan pronto los abres te decepcionas).

• Hay unos de aventuras, ficción, extranjeros, de pura acción y otros de horror.

• Los hay demasiados románticos y dramáticos.

• Pura acción pero nada más.

• Unos que reciclas, que vuelves a releerlos y usarlos.

• Otros que fueron una mala inversión.

• Esos que te gustan y no los regalas o vendes y los dejas en reserva.

• Los extranjeros que te hipnotizan pero a veces les pierdes el hilo de lo que quieren decir.

• Los que sólo quieren vivir aventuras.

• Hay unos que son los que merecen estar en tu cama.

• Hay grandes, pequeños, delgados, gruesos y de todos los colores.

• Hay unas versiones viejísimas que te dejan sin aliento.

• Hay unas versiones que no tienen ni un argumento y te hacen perder el tiempo.

• Hay de los que te llevan a un mundo extraordinario e inimaginable.

• Hay unos que te enseñan (y mira que sí te enseñan!).

• Hay otros que no te enseñan pero te entretienen y te hacen reír.

• Hay unos que huelen bien y otros huelen rancio.

• Hay unos que te dejan enganchadas de la primera (o desenganchadas).

• Hay unos que comienzan interesantes pero a mitad se pierde el interés (que flojera!)

• Los hay de esos que tienen segundas y hasta terceras historias con ellos.

• Después de leerlos no los entiendes.

• De esos que quieres pero no los puedes tener.

• Los hay que son de ediciones limitadas (tus amigas tienen las mejores).

• Hay unos que realmente necesitas regalarlos.

• Te lo cogen prestado y no regresan.

• Cuestan mucho para lo que tienen adentro.

• Que son tan buenos y todas lo quieren.

• Que después que te esforzaste en obtenerlo valía la pena mejor esperar el precio de

rebaja y sin apuro.

• Que definitivamente están mal ubicados y no deberían salir de la sección de niños.

• Que si no se cuidan, se vuelven viejos, pierden la gracia, la imagen y hasta apestan.

• Hay otros que son la compañía excelente para los viajes.

• Se merecen usarlos de escalera para llegar más alto (o alcanzar algo).

• Hay otros que sólo sirven para hacerte llorar.

• Están los que te sirven como medicina para un buen rato.

¡Cuéntanos tus experiencia hombres-libros!