Aprende a bailar bajo la lluvia
Actualizado: 31 ago 2019
Nuevamente tuve la oportunidad de irme de “roadtrip” con mi papá para Connecticut desde Fort Myers, Fl. Parece que fue ayer que comencé el 2016 de regreso a Florida después de despedir el año 2015 allá.

Aunque el camino fue un poco pesado me topé con los interesantes arboles deshojados y recordé el blog que escribí: Cómo debemos imitar a los arboles y liberarnos de ciertas cosas para comenzar con hojas nuevas y renovarnos.
Pero este año me topé con algo que me puso a pensar mucho. El camino fue más largo de lo esperado porque había mucho tráfico y el clima tampoco ayudó mucho. Esta vez tuvimos que quedarnos dos noches para descansar porque no queríamos lastimar nuestros cuerpo sentados por tantas horas.
Ya quedando cuatro horas para el tramo final se nos complicó un poco la travesía. Salimos a las 6 de la mañana y llovió durante el resto del camino. Nunca vi salir el sol y ni siquiera se veía más allá de la distancia de tres autos por la neblina y la lluvia.
La primera reacción fue de miedo porque no veía hacia donde me dirigía. Y me desesperé un poco. Pensé en paralizarme y no continuar. Mis sentidos estaban en alerta total y me comencé a irritar. Tal vez las personas de esta zona vean esto normal pero para mi que vivo en un clima soleado con cielo azul es un poco deprimente.
De repente comprendí que la vida es así.
Hay veces que no vemos hacia donde nos dirigimos y nos da miedo. Tenemos la mala costumbre de querer controlarlo todo y tenemos que tener todo claro para poder tomar la decisión de avanzar. Si no tenemos claro el camino no nos atrevemos a cruzarlo. Y es precisamente ese miedo el que nos hace desistir.
Nos concentramos tanto en el miedo, en lo malo, en el desorden que sin darte cuenta en segundo entramos a un ciclón de sentimientos negativos que te hacen dudar de todo.
La vida no siempre te demuestra con claridad el camino pero debes confiar y seguir. Siempre habrán tormentas, neblina o lluvia que nos hagan el camino un poco más lento pero es precisamente ahí que debemos continuar con más fuerzas y sobre todo confiar. No importa que no veas más allá recorre el camino de tus pasos actuales. Vívelos, domínalos y disfrútalos. Ya verás que el camino se va aclarando y muchas veces lo que te espera es maravilloso.
Y como dice el famoso refrán:
No esperes a que pase la tormenta. Aprende a bailar bajo la lluvia.